recuerdo una conversación que tuve hace muuuucho tiempo (yo tendría "diecimuchos o ventipocos") con un profesor, me acuerdo perfectamente del momento y el lugar....
me decía que tenía 35 años, que aún se consideraba relativamente joven (a mí, en aquel momento me parecía un viejo, claro...), que se había casado con su novia de siempre, había hecho la carrera que quería, había aprobado la oposición, tenía por tanto su trabajo "para toda la vida", tenía los dos niños que querían ("la parejita"), un coche lo suficientemente grande, y la casa-chalet probablemente definitiva.... y sin embargo, en vez de tranquilidad, sentía vértigo,.... vértigo al pensar que el futuro quizá no tuviera sorpresas....y que no tenía ninguna inquietud ni ilusión por lo que estuviera por venir...
ahora que tengo esos años, (y alguno más) me ha venido a la mente aquella conversación, y pienso qué diferente es el cuento...
aún no sé dónde viviré mañana pero este no es el hogar definitivo, seguro; ni siquiera he decidido por fin si quiero seguir en el centro, porque también me gustaría un jardín, y claro, de esos hay pocos cerca de la plaza mayor, así que no busco; sigo esperando un trabajo mejor, desde hace siempre, aunque tampoco hago mucho por encontrarlo...; no sé qué va a ser de mi vida, aunque por otro lado tampoco me gustaría que cambiara mucho, que lo paso muy bien así....
dicen por aquí que mejor no hacer muchos planes conmigo, porque soy especialista en cambiarlos...
no sé si es bueno o malo, pero al menos no me aburro nunca,
creo además, que en lo esencial, sigo haciendo la misma vida que cuando escuchaba a aquel tipo....
por cierto, como era de esperar, está divorciado, y dedica su vida a trabajar....
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